Poesía en el túnel
El metro es una ciudad andante bajo el Distrito Federal. Diariamente traslada a cerca de 5 millones de usuarios en todas direcciones. Usuarios que llevan en sus mentes las preocupaciones de la vida moderna, si llegarán o no al trabajo, si todavía falta mucho para la quincena, si alcanzará la vida para alcanzar sus sueños o los que dejan de lado esos problemas y simplemente desean estar en otro lugar.
Esos pueden ser los más felices… Aquellos que desean, buscan y mejor aun, logran estar en otro sitio sin tener que desplazarse más allá.
Viajeros que llenan su mente de otros espacios, olores, situaciones que los llevan a otros países, planetas, tiempos, culturas, al leer un libro, una revista, un cuento, un panfleto….
El problema sería que esos que leen, pocas veces comparten con los «otros» los preocupados y preocupantes su viaje interno…
Sin embargo, quienes son atentos, quienes buscan en cada rincón del vagón, del andén un papelito con unas cuantas palabras o frases que le hagan pensar en otra cosa, podrían toparse con un poco de poesía…
Versos extraídos de las plumas de autores mexicanos de todas épocas, de todos tiempos, que hablan de la patria, del amor, del deseo, de sueños e ilusiones, del cambio, de justicia, de igualdad…
El metro desde hace unas semanas tiene pegados, plasmados en algunos rincones, en lugares donde antes sólo había publicidad, esos textos que podrían hacer un viajero interdimencional de cualquiera que pague su boleto de 3 pesos.
Dichosos entonces aquellos que se abstraen del ruido del vagonero, del grito del «circense» urbano, del olor de los acompañantes, del tiempo que lo presiona y logra concentrarse en las pequeñas frases y poesías que puede encontrar bajo tierra, en el túnel….
Judith ArMe.
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